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AK Global Day, 24 de mayo de 2023

El AK Global Day es una oportunidad para revisarte la piel y observar posibles signos de queratosis actínica, así como asegurarte de que tus seres queridos estén informados sobre la afección. La campaña se enfoca en dar a conocer esta condición y concienciar a la población sobre la importancia de reconocer la queratosis actínica como un signo de alarma.

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Queratosis actínica

La queratosis actínica es un área de la piel dañada por la radiación ultravioleta que aparece en zonas expuestas al sol durante años. Su apariencia es variable.

Preguntas frecuentes sobre la queratosis actínica

La queratosis actínica no es hereditaria, aunque sí lo son algunos de los factores que favorecen su aparición, como la piel clara o las pecas. Tampoco es contagiosa. 

La queratosis actínica consiste en una proliferación descontrolada de los queratinocitos, las células más abundantes de la epidermis (la capa más externa de la piel), que, además, se vuelven anormales. Algunas queratosis actínicas pueden transformarse en un tipo de cáncer de piel llamado carcinoma epidermoide o carcinoma de células escamosas invasivo. Si bien esto es poco frecuente, se trata de un cáncer que puede expandirse a otros tejidos, por lo que es preferible tratar todas las lesiones de queratosis actínicas.

Asimismo, una persona con queratosis actínica tiene más riesgo de sufrir cualquier tipo de cáncer de piel en comparación con otra persona de su misma edad que no tiene queratosis actínica. Además, las personas que tienen un mayor número de lesiones de queratosis actínicas tienen mayor riesgo de presentar cáncer de piel.

Algunas lesiones de queratosis actínicas desaparecen de forma espontánea, sobre todo si se aplica protección o filtro solar, aunque la mayoría permanecen como están. Otras pueden evolucionar hacia carcinoma epidermoide invasivo, y es imposible saber cuáles van a hacerlo. Es decir, no se puede predecir su evolución.

Ya sea espontáneamente o con tratamiento, las lesiones de queratosis actínica pueden curarse y desaparecer. Sin embargo, es muy frecuente que recurran o aparezcan otras nuevas. La existencia de una única lesión de queratosis actínica ya es señal de que existe daño crónico por radiación solar, por lo que existe el riesgo de nuevas lesiones. Por este motivo, si tienes queratosis actínicas, tu médico te hará un seguimiento periódico, además de recomendarte que acudas a la consulta si descubres lesiones nuevas o cualquier cambio en las ya existentes.

Para evitar la aparición de queratosis actínicas y frenar su evolución, protegerte del sol es fundamental. Seguir las siguientes medidas de forma estricta es clave para mantener la queratosis actínica bajo control:

  • Usar protector solar y ropa que te cubra. 
  • Evitar exponerse al sol durante las horas centrales del día.
  • No usar cabinas de bronceado.
  • Revisar tu piel con regularidad, tanto desde casa como acudiendo de forma periódica al dermatólogo.

La queratosis actínica se produce por la exposición crónica de la piel a la radiación ultravioleta (UV) procedente del sol o de otras fuentes que emiten radiación UV (como las cabinas de bronceado). La radiación UV provoca alteraciones en el ADN de las células de la piel. Cuando se agotan o fallan los mecanismos reparadores del ADN, estas alteraciones producen mutaciones en unas células de la piel llamadas queratinocitos, lo cual lleva al desarrollo de queratosis actínica.